“La literatura se construye en el camino” Alejandro Páez Varela
Culmina la trilogía de “Los libros del desencanto” con Música para Perros
“Me firmas tu libro
pero me das descuento” dijo una asistente. Ahí reconocí con tristeza que
seguimos siendo una provincia que va de mal en peor: poca cultura, poca
infraestructura, pocas oportunidades y mucha actitud soberbia de parte del
gremio académico y periodístico.
Eso ocurrió en la presentación del libro
Música para perros, de Alejandro Páez Varela en el iStay Hotel en esta
ciudad. Los comentarios corrieron a
cargo de los periodistas Miguel Ángel Chávez Díaz de León e Ignacio Alvarado. Iniciaron
con puntualidad, sin embargo con poca asistencia ante un Alejandro incómodo y
reservado.
Desconocía quién era Alejandro Páez Varela.
De él tenía referencias básicas; sus
inicios como reportero del periódico El
Fronterizo en 1983 “Yo le traje tortas a
ese señor que está ahí, que es Joaquín
Oroste” mencionó, al reconocerlo entre
el público. También sabía que Aurelio y Octavio Páez Chavira (qepd) su padre
y tío respectivamente fueron periodistas respetables de la vieja guardia chihuahuense.
Alejandro emigró al Distrito Federal en 1993 y dice de sí mismo “Soy chilangüense
(sic). Porque al final he pasado gran parte de mi vida adulta en la Ciudad de México”.
No faltaron las bromas entre los
asistentes (en su mayoría periodistas, que al
parecer fue el único gremio que
se enteró) cuando Miguel Ángel Chávez Díaz de León enseñó una fotografía de él
con Alejandro en algún bar de Ciudad Juárez en una noche de cervezas Tecate “Ya no me
acuerdo a qué saben” aclara Páez Varela. Luego remata con un largo comentario –
Díaz de León- que pareció más una “aclaración”, acerca de su oficio de escritores:
“Muchos de nosotros
estamos escribiendo desde hace más de veinte años o sea que no es nada más ´enchílame
la otra´. Sino que tenemos mucha
carrera, mucha experiencia aunque nadie nos pelaba en el 1991, 92, 93 ya
teníamos Alejandro y yo un libro publicado pero, apenas empezaba nuestra misión
nuestro desarrollo como periodistas y escritores”.
La ronda de preguntas deslucidas y
mínimas, sirvieron como una muestra de la vital importancia de promover las
presentaciones de escritores que, como
Alejandro Páez Varela, llegan a nuestra ciudad después de “hacerla” en la gran metrópoli.
Merecen contar con una mayor asistencia que
brinde como resultado la divulgación de
su obra. Nadie es profeta en su tierra,
recordé, cuando una de las asistentes le menciona al escritor en tono de
broma “Me firmas tu libro pero me das descuento” a lo que él responde “Mi firma
es el descuento…” Reconocí con tristeza que seguimos siendo una provincia que
va de mal en peor: poca cultura, poca infraestructura, pocas oportunidades y
mucha actitud soberbia de parte del gremio académico y periodístico.
Así culminó la presentación de la trilogía
de los llamados “Libros del desencanto”: Corazón de Kaláshnikov (Planeta,
2009), El Reino de las Moscas (Alfaguara, 2012) y Música para Perros
(Alfaguara, 2012). Alejandro Páez Varela llegó acompañado de su madre, a quien
agradeció su camino por las letras y “si algo tengo de nobleza es también
gracias a ella”.
La
experiencia que deja esta trilogía en el autor la resume así: “Termino siendo,
no sé si soy un escritor del norte pero sí soy un escritor norteño, nací aquí,
crecí aquí, estuve veinticinco años aquí. Les agradezco mucho que estén este
día aquí. Para mí, concluir este ejercicio fue muy importante. En efecto, yo creo que la literatura se
construye en el camino, quién sabe qué viene para mí en los siguientes diez
años. Yo cada vez me paro en esta ciudad con más distancia, la veo de reojo.
Cada vez me duele más la ciudad porque la veo con más distancia, más dolor” (sic).
Alejandro impartió el día siguiente un
taller de cuatro horas llamado CLÍNICA
DE REPORTAJE. El género de géneros periodísticos: historia, técnicas y
práctica.