Leer es apropiarse del conocimiento
Por Consuelo Sáenz
“Cuando
di el primer taller literario en mi vida, llegó un chavito que tenía en ese
entonces 17 años. Llevó un cuento de una cuartilla. Era un cuento con defectos,
lo que sea, pero, se trataba de un tipo,
un obrero que va regresando a su casa. Se baja del camión, y trae diez pesos en la bolsa, nada más.
Afuera, en la parada del camión, hay un tipo que vende muñecas de trapo y valen
diez pesos. Y él tiene una hija –el
obrero- entonces se acerca a ver las muñecas para llevarle un regalo a su hija,
y justo en el momento en que va a sacar el dinero de la bolsa le tocan el brazo
y es un viejito casi muerto de hambre,
así en las últimas, pidiéndole
limosna. En un párrafo, desarrolló las dudas del personaje para llevarle la
muñeca a su hija o darle los diez pesos de limosna al viejito. Si me preguntan
en qué acaba no importa, no me acuerdo. Ese cuentito de una cuartilla que
estaba mal escrito, yo dije: aquí hay un escritor ¿por qué? Porque en un
párrafo desarrolló ese conflicto interno, esa tensión interna del personaje.
Ese escritor se llama Antonio Ramos Revillas”
Eduardo
Antonio Parra, escritor.
Considerado como uno de los escritores
mexicanos más talentosos, Antonio Ramos Revillas (Monterrey, 1977), es sin duda, el consentido de la literatura
mexicana actual.