Vía: camino, senda. Renacimiento


Y la vida es uno mismo, y uno mismo son los otros.
Juan Carlos Onetti


El tedio y la sensación persistente de vivir sin rumbo,  sin sentido,  habían invadido aquellos días de año nuevo. La rapidez con la que transcurre el tiempo  hace que enferme de  melancolía, esa es la palabra. La nostalgia  se aferra al pasado, siempre alimentándose de la caída. La melancolía,  en cambio,  es como la enfermedad crónica del alma, un sentimiento autónomo e independiente del pasado. Me preparaba para una temporada de embates existenciales. En lo más íntimo de mi ser anhelaba  fuese un ciclo de corta duración,  y  que   el sol brillara nuevamente para mí. Pero nada ofrecía un cambio permanente. La letra S del teclado se atascó, yo dejé de escribir por un tiempo. Cuestionaba mi desempeño en el mundo de las letras,   incluso,  dudé del talento que alguna vez sentí poseer. Dudaba de todo y de todos.   
    
     Una  tarde encontré una revista empotrada en el parabrisas de mi auto,  y sin prestar demasiada atención la arrojé dentro. Luego, al ojearla,  leí  La geomancia es el método de adivinación que interpreta las marcas en el piso o cualquier patrón que  forme. Es una ciencia de observación,  adivinación de esencia intima y oculta, cuyo fundamento es el alma, nuestro sol micro cósmico. Nos proporciona algunas claves y señales para orientar y meditar,  concluye la página. El camarero interrumpe  y coloca sobre la mesa dos tazas de café. La mía  tiene escrita en medio de un corazón la frase I love you.  Otra frase  anodina  cuelga  mis ojos en la taza de mi acompañante, es una lista interminable de Te amos que leía y releía durante toda nuestra charla.  Elucubré  ideas,  por ejemplo,  la respuesta que buscas está escrita en mi taza, pon atención.  O en tu taza está mi respuesta, ¿qué respuesta?   Busqué  en el celular la foto de una papa en forma de corazón que había encontrado en el mercado mientras hacia las compras, al mostrarla a mi acompañante éste exclamó  ¡Cómo contribuye la naturaleza enviando mensajes a quienes están dispuestos a creer.  Un ama de casa aburrida y contrariada ve en ello una respuesta. Nunca falla!   
     
     Así transcurrieron los días estacionados en episodios de pequeñas casualidades. Figuras caprichosas formándose por todos lados: la revista misteriosa en el parabrisas del auto, el tapiz del baño con trazos abstractos, la papa,  los te amos y los corazones  dictaban la sentencia. Situación tan sui géneris no representa mis creencias particulares, tampoco he solicitado una intervención divina.  Pero “si nada es casualidad” como algunos aseguran,  entonces,  algo o alguien trata de comunicarse conmigo. A esas alturas,  las divagaciones me facilitaban el beneficio de la curiosidad intelectual como  preámbulo a una nueva creación.
    
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La libreta de Irma 

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