Colectivo feminista denunció violencia machista

El 28 de septiembre el colectivo feminista Rosas Rojas se pronunció a favor del aborto seguro, legal y gratuito, dándose cita en el Monumento a Benito Juárez para de allí caminar hacia la Plaza de armas esgrimiendo su himno abortero de Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. Cabe destacar que la marcha fue simultánea en otras ciudades de la república: Monterrey, Guanajuato, Ciudad de México, Chihuahua y Ciudad Juárez. Del lugar de reunión salieron aproximadamente media hora después de lo previsto, congregándose escasos cuarenta manifestantes. Qué si había manifestantes Provida -me preguntaron- vi solamente a una callada pareja con una vistosa lona banner de Salvemos las 2 vidas puesta en su camioneta.

Yo atajé la marcha en el Centro histórico, los esperé en donde están las letras JRZ, ahí donde los transeúntes beben café, hacen sus compras, toman el atardecer, son aturdidos entre música de Maluma y las campanadas a misa de siete, caminan entre saltimbanquis y vendedores ambulantes. Una tarde pacifica, en medio de todo, que se mantuvo incólume.
Y sobre mantenerse incólume ante la ola de peticiones y denuncias de colectivos feministas violentos para legalizar el aborto, es donde me interesa enfocar mi artículo.

En el sitio oficial del colectivo Rosas Rojas Juárez Los rostros del feminicidio, publicaron una nota de quien firma como Lluvia del rayo, fechada en octubre. En la publicación se lee el mismo discurso falto de novedades donde el único enemigo del mundo mundial es el machismo:

“[…] En esta lucha hemos un vivido (sic) un sinnúmero de insultos, amenazas y violencia machista en todas sus modalidades por parte de los grupos más conservadores de la ciudad. Un verdadero linchamiento social. Si, en la ciudad que está constituida en un 70% por hogares con madres solteras (sic), en el epicentro del feminicidio a nivel mundial (sic); los reaccionarios se encargan de recordarnos que nuestros cuerpos no nos pertenecen. Le pertenecen a la iglesia, al Estado, al marido, incluso al feminicida, pero jamás a nosotras.

Esto lo pudimos comprobar el mismo 28 de septiembre, cuando los “Pro-Vida” (sic) organizaron su marcha contra la legalización del aborto, a la misma hora, en el mismo lugar. Esto en un claro intento de intimidación para hacernos desistir de nuestro objetivo. Lo que más nos sorprendió fue que hablaran de una “marcha de paz” cuando en redes expresaron constantemente el más arraigado clasismo, machismo, racismo y homofobia contra nosotras. Sin embargo, las camaradas se mantuvieron siempre firmes en nuestro objetivo”.

A ver, vamos por partes, hasta se parece a una canción de Juanga “a la misma hora, en el mismo lugar…” le faltó “y con la misma gente”. Lo que la vocera del colectivo Rosas Rojas asegura en su nota es falso. Los manifestantes Provida nunca intimidaron la marcha porque nunca se presentaron (Tomé video, dejo link al final de la nota), me explico: ya dije antes que en el Monumento había sólo una pareja Provida, y en la Plaza de armas lo que vi fue a cinco jóvenes, una chica y cuatro chicos intimidados, que recularon en concluir su objetivo porque uno de los tipos que portaba el pañuelo verde les prohibió el paso, rompiéndoles la cartulina celeste que portaban. Al darse cuenta de que yo grababa la escena les advirtió que dejaran de provocar. ¿Prohibirles el paso? ¿en un lugar público? Así fue, los promotores de la diversidad, de la aceptación, los del pañuelo verde, los Proaborto fueron los que atacaron, insultaron, intimidaron y censuraron. Lo voy a dejar en claro: La marcha a favor del aborto seguro, legal y gratuito fue ignorada por casi todos, hasta por las propias feministas juarenses y paseñas. ¿Dónde está la sororidad de la que tanto hablan? ¿Dónde están las feministas? ¿Dónde el acompañamiento y altruismo? Bueno, ellas apoyando desde donde no pierdan sus privilegios, sentadas detrás de un monitor “Sharing the event”, seguramente. El feminismo dividido desde adentro no es producto del “heteropatriarcado” sino del mismo movimiento que no se pone de acuerdo.

Las manifestaciones Provida no son una moda, si les seguimos el rastro nos daremos cuenta de que se realizan casi todos los años. Es uno de los compromisos de la iglesia católica. De hecho, cada 25 de marzo se conmemora el Día de la vida, Día de la Anunciación. Nuestro párroco, Eduardo Hayen, ofreció una vigilia en contra del aborto a la misma hora, pero en la sede católica. Vivimos en un país libre y tienen derecho a manifestarse como lo hacen, con respeto y en paz. Semanas después hubo otra manifestación en el Estadio Benito Juárez. Una más el 14 de octubre como parte del programa Rosario Viviente que unió dos temas: Defensa de la vida y el Año de la Juventud. Se tiene programada otra en la ciudad de Chihuahua para el día 20 del mismo mes. Afortunadamente, el respeto, amor y defensa por la vida no es una moda. Es una convicción.

Por supuesto, no faltan las críticas de que a los juarenses “les interese más la vida de un nonato que la de una mujer asesinada” o que los juarenses “deben manifestarse mejor en contra del narcotráfico, de las ejecuciones” Bla bla bla, me queda claro que los juarenses Provida se oponen contundentemente a que otra mujer muera en el vientre de su madre. Ni una más.

Colectivo Rosas Rojas: no se sorprendan de ser agredidas en las redes sociales, ¿qué esperan? ¿aplausos? ¿seguimiento incondicional? ¿felicitaciones? Las redes sociales son lo que son. Si tanto les molestan las opiniones contrarias a las de ustedes, háganse un favor: cierren sus cuentas. Repito, vivimos en un país libre, utilicemos nuestra libertad con responsabilidad. Seres humanos así, colectivos así, feministas así, quienes hacen alarde de victimismo a base de mentiras e hipérboles son quienes manchan su propio movimiento. Sean auténticas, integras. Verdaderas mujeres de confianza. Defensoras de su verdad.

No más victimismo

No más mentiras

No más manipulación feminista 







Nota mencionada del colectivo feminista

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