Marilyn Monroe no fue ninguna victima
Marilyn:
astuta como serpiente, sencilla como paloma
Me
encanta hacer cosas prohibidas por la censura; después de todo, ¿para qué
estamos aquí? ¿para quedarnos parados viendo cómo pasa la vida por delante de
nosotros?
Lo que
se rechaza es que intenten tomarnos el pelo tratando de cambiar los hechos,
ajustándolos a los mandatos de ideologías que solo reditúan a los políticos de
turno y toman por sorpresa a los incautos. Ingeniería social que incide en la
conformación de masas y prefigura la sociedad cultural actual. Marilyn no fue
ninguna víctima.
Ensayo publicado en Revista Replicante Contracultura
Corría el año de 1986 cuando
fui rechazada de la única secundaria federal de la zona. Quedándome por opción
la secundaria estatal de los rezagados, así le decían. O bien podrían haber
dicho: la de los que comenzaban a juntarse en pandillas, los que accedían a
probar el porro o el alcohol, los que provenían de hogares disfuncionales y se
metían en problemas. Los desadaptados. Los rebeldes “sin causa”, pero, sería
condenarlos a la dictadura de la memoria, esa que reduce los hechos en casos y
no en efectos y consecuencias. Convencidos de que ajustarnos a los roles y
responsabilidades impuestas por el mundo amenazaba nuestra incipiente noción de
identidad, We're Not Gonna Take It se
convirtió en el himno de mi generación. Éramos muy jóvenes, casi niños, pero deseábamos
“ver al mundo arder”, aunque no supiéramos bien a bien su significado: “He
venido a traer fuego a este mundo, ¡Y cuánto desearía que ya estuviera
ardiendo!”. San Lucas 12:49-53.
En Estados Unidos el
Presidente era Ronald Reagan, quien fue presentado ante los más novatos como
una inútil marioneta por la banda Génesis
en su video Land of confusión que MTV
transmitía intermitente durante meses. “El
actor de Hollywood que logró ser presidente”, lo que decía mi tía era verdad, sin
embargo, en 1986 no existía internet, no había manera de acceder a un buscador
que arrojara miles de resultados por segundo, como existe ahora. Por eso quedé
gratamente sorprendida cuando pude comprobarlo con una fotografía del futuro Presidente,
en sus tiempos de actor, ¡junto a Marilyn Monroe!
Mi
encuentro con la Diosa
A los 13 años ¿cuántos
conocimientos se llevan acumulados? No gran cosa, el mundo es un concepto, y en
él vamos tejiendo un ideal. Y “Los ideales son -lo dijo Sartre- como las
estrellas: nunca las alcanzaremos. Pero igual que los marineros en alta mar,
trazaremos nuestro camino siguiéndolas”. Desde la adolescencia buscamos inspiración,
nuestro lugar en el mundo, un modelo a seguir. El cine, la música y la
literatura fueron el mío. Las estrellas de cine y los cantantes representaban
todo cuanto soñaba.
Marilyn Monroe fue puesta
nuevamente en la palestra gracias a Madonna,
a la que los medios del mainstream ochentero
no paraban de comparar. ¿Quién es Marilyn Monroe? Me pregunté ¿vive aún? ¿qué
hizo? Fue así como despertó en un par de chiquillas impresionables e ilusas –mi
amiga Victoria y yo- gran admiración y afanosa búsqueda por cuanta información
de ellas, Madonna y Marilyn, encontráramos.
Coleccionábamos revistas e
intercambiábamos fotografías, discos, casetes, afiches y posters. Los fines de
semana transmitían por una televisora local el ciclo de Cine permanencia voluntaria, lo mejor del cine clásico comentado
por un experto. Tuve la oportunidad de ver filmes como: The gentleman prefer blondes, The seven year itch, The misfits, Let´s
make love, Some like it hot, Niágara y
Marilyn: The Untold Story, una película biográfica más. Una vez ¡hasta intentamos hacer una sesión espiritista con la
tabla Ouija para contactar con la
mítica actriz! ¿Tuvimos éxito? no precisamente, pero sí logramos hacer contacto
con el “Führer”. Pero esa es otra
historia. Nos íbamos de pinta por los Malls, buscando las tendencias de moda en
los escaparates y en las tiendas de discos. Disfrute total, perderme en las
portadas de los vinilos maravillosamente ilustradas, deslizar las yemas de los dedos
por el plástico que los recubría, olerlos y comprarlos. Los precios eran
sumamente accesibles. Nada que ver con la mercadotecnia voraz de hoy, con esos álbumes
que incluyen photocards o photobooks, y posters que solo se
obtienen en preventa.
¡Y por fin llego al momento
esperado que motivó este regurgitar de nostalgias! Ahí estaba y solo para nuestros
ojos, la Marilyn de sonrisa trémula y ojos entreabiertos en la portada de un
libro: Diosa. Las vidas secretas de
Marilyn Monroe, por Anthony Summers1. Teníamos que tenerlo. Debíamos de tenerlo. Cada
una el suyo. (Fieles a una máxima comunista de que el conocimiento no se vende
ni se compra, la forma en como lo obtuvimos no fue honesta. Pero esa es otra
historia). Ese libro fue y sigue siendo, a mi parecer, un referente obligado. De
esa edición ya han transcurrido poco más de tres décadas y un lustro.
Marilyn Monroe representó en
mis años de adolescencia a una mártir moderna. Una especie de musa “mística”
que se auto inmola en pos de un deber superior. Un ser que vino al mundo con
insoslayables desventajas: una madre loca, un padre que la abandonó, vivió tan
sola, sin hermanos, abuelos, tíos, primos ni siquiera un vecindario amigable
donde convivir con niños de su edad. Que fue expuesta a violaciones y abusos de
todo tipo. Una mujer de una belleza sobrenatural y una dulzura sin igual que ni
las peores experiencias pudieron mermar. Un ser incomprendido e incondicional, que
nunca exigió algo a cambio. Tan ingenua como un niño, tan inocente, pura, sin ápice
de maldad. Acaso, ¿no ha sido eso lo que ha alimentado su leyenda?
La letra de la canción escrita
por Elton John Candle in the wind dice
más o menos así:
Adiós Norma Jean, aunque nunca
te conocí,
tuviste la elegancia de
mantenerte firme
mientras todos te molestaron.
Por debajo de las piedras
emergían y susurraban a tu oído,
atándote a la rutina y te
hicieron cambiar de nombre.
Y me parece que viviste como
una vela en el viento
sin saber a quién aferrarte
cuando la tormenta comenzaba.
Me hubiera gustado conocerte,
pero yo era solo un niño.
Tu vela se apagó mucho antes
pero
tu leyenda nunca lo hará.
La descripción que hacen los
medios de Marilyn con esas lacrimosas estrofas inspiradas en ella siguen siendo
un referente obligado.
A través de los años fue
gustándome menos Madonna y más la Monroe. Con la madurez deseché a ambas. La
ingenuidad abrió paso a la veracidad. Llegaron a mi vida nuevas lecturas,
nuevos personajes, más experiencias. Entendí que el ser humano cuenta con un
libre albedrio que podría verse empañado por ciertas circunstancias que no
elegimos, sin embargo, una voluntad fortalecida en un anhelo, también es capaz
de elegir el cómo equivocarse. Y Marilyn no fue la excepción.
Tuvo un breve paso como chica
de acompañamiento o Call girl antes
de llegar al estrellato. De hecho, a Marilyn se le considera, hoy en día, como
una de las pioneras en romper el silencio respecto al llamado “Casting de sofá”,
del cual, ella no fue pasiva ni victima ni cómplice, sino que supo jugar la “toma
y daca” en el juego del poder:
"Cuando comencé a
modelar, [el sexo] era como parte del trabajo... y si no aceptabas, había veinticinco
chicas que lo harían. Sabes que cuando un productor llama a una actriz a su
oficina para discutir un guión, eso no es todo lo que tiene en mente. Me
he acostado con productores. Mentiría si dijera que no lo hice”.2
Los discretos, pero
consistentes testimonios que afirman que utilizaba a las personas para ascender
en su carrera. Influyó en mí el hecho de imaginarme a la dulce Marilyn como una
acosadora de Jackie Kennedy, deseosa de arrebatarle su lugar como Primera dama. Su incapacidad, casi crónica, para la
fidelidad conyugal, y cómo, estando casada con DiMaggio ya preparaba el anzuelo
para pescar al dramaturgo Arthur Miller. Cómo, inverosímilmente, hablaba de su
deseo por convertirse en madre mientras se provocaba abortos, y otros más que
sí, se sucedieron de forma espontánea. Marilyn fue el tipo de persona sin
complejos ni ataduras que lo mismo mantuvo relaciones amorosas con hombres como
con mujeres, pero a ninguno fue leal. Sus constantes e injustificables llegadas
tarde que convertían un infierno todos los rodajes. (Se rumora, que fueron el
detonante del infarto al actor Clark Gable, a los 59 años, al finalizar la
filmación de la película The Misfits rodada
en el inclemente desierto de nevada). Escasas ocasiones, podríamos asegurar,
Marilyn fue una víctima de las circunstancias.
María Félix llegó a decir que
para alcanzar la cima: hay que pasar por
encima de todo y de todos. Con un chocolate en la boca no hubiera llegado a
ninguna parte. Esa fue mi meta. Y para alcanzarla no podía ser una blanca
paloma, tuvieron que rodar cabezas*. Marilyn,
a diferencia de la Doña, fue una mujer con serios problemas psicológicos y
emocionales que encontró en su belleza el único método de asirse a la seguridad.
Solo así y solamente así se sentía capaz de pisar tierra firme, sabiéndose
deseada sexualmente. Artilugio que manejó hasta el final de su vida para “hacer
rodar cabezas”. Pero, ¡oh Marilyn! la belleza es tan efímera, y tu vida fue,
efectivamente, una vela en el viento.
Diseccionando
a Marilyn
Existe la conocida expresión “En
la cama y en la cárcel se conocen a los amigos”. En este breve recuento por la
vida y mito de Marilyn Monroe, propongo ir más allá, es decir, explorar el cómo
logró el éxito, cómo fue frente al poder, en el amor y en los afectos, hasta
llegar al ocaso de su muerte. Haré uso de cinco imágenes icónicas que mi
memoria custodia como un referente de dichas etapas.
Calendario al desnudo sobre
terciopelo rojo. Sesión fotográfica realizada por Tom Kelly en 1949, que
posteriormente, ilustraran la primera edición de la revista Playboy de 1953.
Con el célebre vestido blanco
de la escena de The seven year itch cuando
Marilyn tocaba la cima del éxito.
Otra en la que, como un
presagio, aparece compartiendo gala con el futuro presidente Ronald Reagan.
Aquí subyace su irresistible atracción, y por qué no, predestinación, hacia los
hombres poderosos que dio como resultado su peligroso y fatal vínculo con los
Kennedy.
La acaramelada sesión
fotográfica junto al que juraba era “el amor de su vida”, el dramaturgo e
intelectual Arthur Miller, su tercer esposo.
Y, por último, en la morgue. La
triste fotografía del cadáver de Marilyn sobre la mesa de autopsia.
La
chica del calendario. Elevándose sobre sus propios limites
El nacimiento y vida familiar de
Norma Jeane Baker Mortenson (o Jean, según lo deseara escribir y Mortenson
agregar) estuvo marcado por el secreto, el velo del misterio que ni ella y
mucho menos nosotros llegaremos a rasgar.
A su madre Gladys Pearl Baker
le fue diagnosticada esquizofrenia paranoica, razón por la que no vio crecer a
la pequeña Norma ni a dos hijos anteriores, fruto de un primer matrimonio. Marilyn
se enteró de que tenía una hermana mayor en 1938, Bernice Baker Miracle, nacida
en 1919, conociéndose en persona hasta 1944. Cuando Gladys llevaba más de diez
años internada en un hospital psiquiátrico. Ambas, medias hermanas por parte de
madre, compartieron el mismo sentimiento de abandono. Pero, a diferencia de
Marilyn, su hermana sí se atrevió a ser madre e hizo a un lado el temor de
heredar de su progenitora una enfermedad mental que pudiera ella, a su vez, heredar
a sus vástagos. Dio a luz a su única hija, la escritora Mona Rae Miracle3. El
hermano de Marilyn, Robert Kermit "Jackie" nacido en 1918, murió a
los 16 años por una enfermedad pulmonar. Nunca se conocieron.
Gladys trabajaba cortando
negativos de películas cuando conoció al probable padre de Marilyn, quien
fallece poco antes del nacimiento. Marilyn aderezaba la leyenda de su padre desconocido
diciendo que abandonó a su madre cuando ella nació: “Mi verdadero padre vivía
en el mismo edificio de departamentos en que vivía mi madre, y se fue cuando yo
nací”. La realidad es que no se sabe
quién fue su padre biológico. En sus recuerdos de niña, ella aseguraba que su
madre le había mostrado una fotografía de un misterioso hombre con sombrero,
ojos azules y mostacho tipo Clark Gable, y le dijo: “Ese es tu padre”. Se
trataba de Edward Mortenson con el que se casó en 1924 y fallece meses después
en un accidente automovilístico. El documental Marilyn, Her Final Secret,
de 20224, dirigido
por Francois Pomès asegura que el verdadero padre de Marilyn fue un compañero
de trabajo de su madre, llamado Charles Stanley Gifford, con quien habría
tenido una aventura en 1925, un año antes del nacimiento de Marilyn. Gifford
era el dueño de Consolidated Film
Industries. Coincidiendo todo lo
anterior con el nombre que cita la investigación de Anthony Summers en su libro
Diosa de 1985. Existe el rumor de que
ella intentó buscar a Gifford, y que él la habría rechazado.
Marilyn vivió con su madre
hasta los siete años, momento en que Gladys fue víctima de un periodo depresivo
profundo que estalló en una explosión de rabia y frustración en la que habría
intentado matarla. (También se tiene la versión de que Gladys atentó contra un
amigo y no contra su hija). Es entonces
que es internada en un hospital psiquiátrico, quedando la pequeña Norma a cargo
de algunas amistades de Gladys, hasta que ya no pueden hacerse cargo de ella. Las
riendas de la infancia de la niña corren bajo la batuta de las leyes de
protección infantil de California: “diez padres adoptivos, dos años en el asilo
de huérfanos en Los Ángeles y finalmente cuatro años con los tutores designados
por el condado”.5
Nunca sabremos si los
truculentos recuerdos de infancia de Marilyn realmente ocurrieron o fueron
hipérbole de su imaginación. Entre los que puedo recordar ahora mismo está el
supuesto ataque que tanto su madre como su abuela materna la habrían hecho
víctima. Della Monroe murió en un asilo a la temprana edad de 51. Marilyn ya
adulta recordaba cómo su abuela trató de asfixiarla con una almohada cuando
ella tenía trece meses. ¿Pudo Marilyn recordar algo así ocurrido a tan temprana
edad? También, tantas veces como contó la historia de su violación, ocurrida a
los ocho o nueve años, cambió detalles realmente significativos. Por ejemplo,
que el perpetrador del acto fue un inquilino que vivía con una de las tantas
familias que cuidaron de ella, un tal señor Kimmel:
“Un
hombre de aspecto muy serio, todos lo respetaban y lo llamaban “Señor Kimmel”.
Pasaba frente a su habitación, cuando la puerta se abrió y él me dijo
suavemente “Entra por favor, Norma…” Me sonrió y cerró a puerta con llave:
“Ahora no puedes salir”, dijo como si estuviéramos jugando. Yo lo miraba en
silencio. Estaba asustada pero no me atreví a gritar… cuando me abrazó, yo
pataleé y me defendí todo lo que pude, pero no hice ningún ruido. Él era mucho
más fuerte que yo y no me soltó. Siguió susurrándome que fuera una niña buena.
Cuando abrió la puerta y me dejó salir, corrí a contarle a “mi tía” lo que me
había hecho el señor Kimmel”.
Ya en la década de los
sesentas, Marilyn habría contado la misma historia modificándola:
“Si
sucedió. Pero yo no salí de la habitación corriendo, gritando ni chillando. Sabía
que estaba mal, pero para decir la verdad, creo que sentía más curiosidad que
ninguna otra cosa… nunca nadie me había hablado del sexo, y francamente nunca
pensé que fuera tan importante ni que estuviera mal”. 6
Así mismo, si indagamos sobre
los primeros años de su incipiente fogueo en el mundo de los castings, citas con
altos ejecutivos y la búsqueda de algún periodista que accediera a realizarle
una entrevista, llegaremos a la fecha de 1947. El afortunado que recogería su
testimonio sería el periodista Lloyd Schearer, quien prestaba sus servicios
para la oficina de publicidad de la Twentieth Century-Fox, él relató en el
libro de Summers la impresión que tuvo frente a su testimonio:
“Nos confió, durante el almuerzo, que uno de sus tutores -ya no era
un inquilino sino un tutor- la había
molestado, que la había violado un policía y que la había atacado un marinero.
A mí me pareció que vivía en un mundo de fantasía, que estaba enmarañada en un
proceso de invención y completamente absorbida en su propia sexualidad”. 7
De lo que sí podemos estar seguros
que aconteció en el pasado de Marilyn es sobre su primer matrimonio y la forma
en cómo fue fraguado por una de sus familias de acogida. Marilyn no eligió
casarse a los 16 años. Fue su tutora Grace McKee quien lo planeó. McKee contraería
segundas nupcias y se mudaría al Este y no deseaba llevársela con ellos. La solución
era encontrarle marido, o en su defecto, devolverla al orfanato. El elegido fue
su vecino, un joven de 21 años de nombre Jim Dougherty. Se casaron el 19 de
junio de 1942.
Es en esta etapa que Marilyn
conoce la independencia, ya está por su cuenta. Su joven marido se enrola en la
marina mercantil al año siguiente. Es entonces que, para “matar el aburrimiento”
ella solicita empleo en la fábrica Radio
Plane, inspeccionando paracaídas y pintando fuselajes, cuando llega su
primera propuesta para modelar.
Surgió la idea de que sería
novedoso comenzar a llevar la atención hacia las mujeres que estaban trabajando
en el esfuerzo de guerra durante la segunda guerra mundial. ¿Cómo? Buscándolas en las fábricas. El soldado
David Conover encuentra a Marilyn e inmediatamente capta en ella no solo su
belleza sino ese duende enigmático que la volvería única para posar frente a
cualquier lente, capturándola para la revista Yank. Así se inició en el
mundo del modelaje independiente, ganando cinco dólares la hora. Nada mal en
comparación a los veinte dólares semanales por diez horas diarias en Radio Plan. Alguna de esas fotografías
tomadas por Conover llegarían a la Book
Model Agency interesándose por ella para hacerla firmar un contrato.
Marilyn pasaba meses sola, los
hombres “zumbaban” a su alrededor. No pasó largo tiempo hasta que accedió a ser
infiel por primera vez, a dos años y medio de matrimonio, en diciembre de 1945
con el fotógrafo André De Dienes:
“No dormía con otros
hombres cuando estaba casada, hasta que mi marido se fue al servicio, y después
era solo que me sentía tan sola, necesitaba tener algún tipo de compañía, de
manera que a veces cedía, principalmente porque no quería estar sola”.8
El resto es historia. Su
divorcio de Dougherty a los veinte años la prepararía a emprender el vuelo:
“Había un secreto en mí, la actuación. Era como estar en la cárcel y encontrar
una puerta que decía: Salida”.
Pero, el inestable ambiente
del modelaje y las audiciones, en espera de amarrar un contrato escasearon.
Marilyn se vio en la necesidad de aceptar cualquier trabajo para poder
mantenerse, o al menos, esa es la excusa que la salvó de un escándalo mediático
y una restricción de contrato con los estudios Twentieth Century-Fox, ya
en 1952. Cuando estalló la publicación de la sesión fotográfica para la que
posó desnuda sobre terciopelo rojo en 1949. Como siempre, Marilyn recurrió a su
lacrimosa historia de privaciones y abandono para ganar, también por esta vez,
la simpatía del pueblo norteamericano. Ella junto a con el estudio armaron la
versión autorizada de la historia del famoso calendario: “[…] Marilyn, sugirió
la posibilidad de que ella admitiera haber posado desnuda, subrayando que lo
había hecho solo por la dura necesidad, porque no tenía dinero para pagar la
renta. Esa triste historia despertaría
la simpatía del público y convertiría un escándalo vergonzoso en publicidad
triunfal”9
Una de esas fotografías fue
comprada por un joven desconocido, Hugh Hefner. Marilyn adornó la portada de la
primera edición de una nueva revista para adultos, nada menos que de Playboy, convirtiéndose en la primera Playmate o Sweetheart en la historia de la revista lanzada en 1953.
Con el mundo a sus pies
-Este es el fin de mi historia como norma Jeane…Me mudé a un cuarto en
Hollywood para vivir sola. Quería descubrir quién era. Pero recién, cuando
escribí: “Este es el fin de norma Jeane me ruboricé como si me hubieran pillado
en una mentira. Porque esa niña triste y amargada que creció demasiado rápido
casi nunca se aleja de mi corazón. Con el éxito a mi alrededor, todavía siento
que son sus ojos aterrorizados los que miran por los míos. Siempre me dice, “Yo
nunca viví, a mí nunca me quisieron” y a menudo me confundo y creo que soy yo
quien lo dice”.10
Esta es Marilyn en el pináculo
de la fama en 1954, presentándose ante el mundo con lo que se volvería su ya
característica auto conmiseración.
Pero esa chica “triste y
abandonada, que nunca vivió ni quisieron” avanzaba sin tapujos hacia su meta:
convertirse en actriz. Su primer papel
protagónico fue para la película Ladies
of the chorus en 1948 lanzada por los estudios Columbia. La película fue un fracaso de taquilla, por lo que su
contrato fue rescindido. A pesar de eso, los estudios le habían asignado una
maestra de arte dramático, Natasha Lytess. Inmigrante rusa, viuda y madre de
una niña de cinco años.
De 1949 a 1954 Marilyn ya
cuenta con un amplísimo bagaje artístico tanto como modelo, actriz de reparto y
protagonista. Su mejor año fue sin lugar a dudas 1953 cuando firma contrato con
la 20th Century Studios generándoles
grandes ganancias en taquilla. La consolidación llega cuando se estrenan ¡tres
películas suyas en el mismo año! Niágara (Torrente
pasional como se le llamó en
Hispanoamérica), Gentlemen prefer blondes
(Los caballeros las prefieren rubias)
y How to married a millonaire (Cómo
casarse con un millonario).
El 14 de enero de 1954, se
casa por segunda vez, pero en esa ocasión sí lo hace con plena conciencia y por
decisión propia. El afortunado es un ex jugador de béisbol doce años mayor que
ella, divorciado y padre de un hijo. Me refiero a Joe DiMaggio, hijo de
inmigrantes italianos, conservador, controlador y celoso. Temperamento que hizo
a Marilyn interponer la demanda de divorcio a casi nueve meses de casados,
alegando “Crueldad mental”.
Casada con DiMaggio, Marilyn
realizó la película The seven year itch.
Ya lo sabemos, la famosa escena de las faldas volando sobre su cabeza, dejando
ver sus pantaletas a la vez que se contonea frente a cientos de fotógrafos, el
detonante de los incontrolables celos de DiMaggio. Sin embargo, debemos
destacar el hecho de que Marilyn al momento en que conoce a Joe, ella vive con
su maestra de actuación Natasha Lytess. Relación lésbica que nunca ocultó, tal
es así que cuando el actor Ted Jordan le preguntó a Marilyn si eran verdad los
rumores sobre su maestra de actuación, ella le respondió “¿Por qué no?... el
sexo es algo que haces con las personas que te gustan. ¿Qué podría tener de
malo un acto natural?”. Versión confirmada años después por la ama de llaves,
Lena Pipitone. No, para ella no tenía nada de malo, pero para su futuro marido,
sí. La relación de siete años entre Natasha y Marilyn llegó a su fin por
intromisión de Joe, quien le ordenó: “Despídela, ya no la necesitas”. Y así lo hizo, pero por misivas y llamadas
telefónicas, jamás de frente. Actitud que indignaría en lo más profundo de su
corazón a Lytess:
“Ojalá tuviera una décima
parte de la inteligencia de Marilyn. La verdad es que mi vida y mis
sentimientos estaban en sus manos. Yo era la mayor, la maestra, pero ella
conocía la profundidad de mi apego por ella y explotó esos sentimientos como
solo una persona más joven y hermosa puede hacerlo. Dijo que ella era la
necesitada. Por desgracia, fue al revés. Mi vida con ella fue una
constante negación de mí misma”11, diría Natasha poco antes de fallecer a causa
del cáncer, en 1964.
Después de la arrolladora
época de éxitos durante el primer lustro de la década del cincuenta, Marilyn
continuó subiendo como la espuma. Llegaron más películas, más amantes, viajes,
más admiradores y más escándalos. Todos la amaban, querían un pedacito de ella,
estar con ella, aparecer junto a ella, tentar siquiera “la orla de su vestido o
desatarle la correa de sus sandalias”.
Si bien, Marilyn podría tener
a la persona que se le diera la gana, había un hombre en especial que estuvo
fuera de su alcance, al menos por unos años. Ese hombre estaba casado y con
hijos. Un hombre de prestigio intelectual. No obstante, ella no se rendiría y
sabría esperar. Tiempo al tiempo.
Frente al poder: dada a utilizar y a desechar
"Marilyn Monroe
nunca habría existido si no fuera por Reagan".
Anna Ptaszynski
En el popular programa de
podcast No Such Thing as a Fish12, episodio 309, lanzado en
febrero del 2022, la presentadora británica Anna Ptaszynski engarzó de manera muy
novedosa los nombres de Ronald Reagan y Marilyn Monroe, asegurando que fue
gracias a Reagan que el soldado Conover la descubrió en la fábrica Radio Plan. ¿De dónde ata esos cabos Ptaszynski? Nada más y nada menos porque la persona que
ordenó se emprendiera la búsqueda de mujeres en las fábricas apoyando el
esfuerzo de guerra fue el Capitán Ronald Reagan. Oficial al mando del ejército
de los EE. UU. Reagan fue el creador de la campaña.
Esto que menciono no debe
tomarse a ofensa. Marilyn nació para ser una estrella. Nació con un aura y
magnetismo especial. Nació con un don, un regalo divino que la destacó del
resto. Era imposible que hubiera pasado desapercibida. Si bien la belleza le
ayudó, sería su tesón, ambición y trabajo lo que la conduciría hacia las
personas idóneas para alcanzar el éxito. Marilyn se propuso ser una actriz, su
puerta de “salida” fue la actuación, así lo dijo montones de veces. Ella actuaba
todo el tiempo, vivió inmersa en una constante ficción. Marilyn -dicho por una
profesional- encaja en el desorden psiquiátrico de Personalidad fronteriza: “Es
la frontera entre la psicosis y la neurosis, con frecuentes fluctuaciones entre
ambas”:
“La persona “fronteriza” suele
ser emocionalmente inestable, excesivamente impulsiva y muestra al mundo una
actitud que parece expansiva y activa. Él o ella suelen ser histriónicos,
seductores o demasiado preocupados por la apariencia personal. El “fronterizo”
depende de la aprobación externa constante, adora el aplauso, no soporta estar
solo y sufre reacciones depresivas violentas ante el rechazo de otros. El
“fronterizo” tiende a abusar del alcohol y de las drogas y a hacer amenazas de
suicidio como gesto para obtener ayuda”.13
Para sus admiradores,
biógrafos y eruditos en el tema, no es secreto que ella utilizó el sexo como
moneda de intercambio para lograr sus propósitos. Hablamos de una época en donde
esas “propuestas indecorosas” se ocultaban debajo de la alfombra. Radiopasillo.
Si lo que queda aún de aquellos muros, nos hablaran…
“Cuando empecé a trabajar como
modelo, era parte del trabajo. Todas las chicas lo hacían. No tomaban esas
fotografías tan sexis sólo para vender mantequilla de cacahuate. Querían probar
la mercancía y si una no aceptaba, había 25 que sí. No era ninguna gran
tragedia. El sexo nunca le dio cáncer a alguien”. 14
Así lo dijo Marilyn, ella
siempre supo a quién concederle cierta clase de favores. Fue juiciosa en sus “afinidades
selectivas”. Entre esos personajes se puede destacar, según la investigación de
Summers, a tres altos ejecutivos de la Twenty
Century-Fox: Ben Lyon, Joseph Schenck y Johnny Hyde. Y, la antes mencionada
maestra de arte dramático, Natasha Lytess, su ganancia después de la
restricción de contrato con Columbia.
A Lyon no le gustaba el nombre
con el que la joven iniciaba su carrera, Norma Jeane Dougherty, cambiándoselo
por Carole Lind pero tampoco terminaba por convencerlo. Como suele ocurrir con
esos altos ejecutivos, la mayoría resultan casados. Lyon no fue la excepción. Su
esposa Bebe Daniels, también actriz, pronto se “encariñaría” con la incipiente
actriz que su marido le presentaría, invitándola a su casa en la playa de
Malibú. Ahí lograron dar con su nombre artístico:
“Por fin le dije: “Ya sé quién
eres, ¡eres Marilyn! Le dije que había habido una encantadora actriz llamada
Marilyn Miller y que ella me la recordaba. Marilyn dijo: “¿Pero y el apellido?
El de mi abuela era Monroe y me gustaría conservarlo”. Yo le dije “¡Magnifico!
Suena bien y dos emes deben traerte suerte”.15
Ben Lyon fue el hombre que le
consiguió su primer contrato y quien le sugirió el nombre artístico por el que
se le conocería en el mundo entero. Según la escritora Sheila Graham, éste
había logrado acostarse con Marilyn prometiéndole el enchufe que impulsaría su
carrera. Finalmente lo hizo, consiguiéndole una pequeña intervención en Dangerous years de 1947. Su debut en la
pantalla grande.
Como dato curioso, destaco el
hecho de que Marilyn se cambió el nombre oficialmente hasta el año de 1956,
seis años antes de su muerte a los 36 años.
Ahora vamos con el poderoso Joseph
Schenk, su segundo mentor, y uno de los padres fundadores de la Twentieth Century-Fox. El respetable
columnista de Hollywood James Bacon, habría dicho a Summers que Marilyn le dijo
que “era una de las muchachas que atendían a las ya escasas necesidades
sexuales de Schenk. Lo hizo ponerse muy nervioso contándole que el anciano sólo
ocasionalmente conseguía una breve erección, a veces con asistencia médica. Al
vivir en la casa para invitados, Marilyn estaría a mano en caso de que se
presentara el feliz momento”.
¿Resultado? Schenck convenció
a Harry Cohn, jefe de producción de Columbia Pictures, para que le
concediera un contrato por seis meses, asegura Donald Spoto en su libro Marilyn
Monroe: The Biography. Su siguiente película fue Ladies of the chorus.
Johnny Hyde tenía 53 años,
treinta más que Marilyn cuando la conoció. Además, estaba gravemente enfermo
del corazón y le quedaban menos de 18 meses de vida. Aseguran que esos meses se
los dedicó casi por completo a lograr colocar a Marilyn en una posición segura
donde no le faltara trabajo. Hyde hizo que se sometiera a una pequeña operación
estética para eliminar dos manchas que tenía en el mentón. Pagó los servicios a
un peluquero de cabecera que le tiñera el cabello a rubio platinado. Y según la
propia Marilyn, fue él quien le sugirió se ligara las trompas de Falopio para
evitar un embarazo. A finales de los años 40 le consiguió un contrato por siete
años con la 20th Century Fox, filmando lo más destacable en su carrera
cinematográfica.
Gloria Romanoff, esposa del
dueño del prestigioso y celebre Hollywood
Romanoff´s Restaurant asegura que John
Hyde fue muy importante en su vida. Su auténtico interés por Marilyn la
conmovió profundamente. Él no la explotó en ningún sentido como todos
normalmente lo hacían.
Joseph Hyde había dejado a su
esposa con el objetivo de dedicarse por completo a Marilyn. Ésta, a su vez,
vivía esporádicamente con su maestra de arte dramático, Natasha Lytess. Lytess
habría dicho en una entrevista que Marilyn ni siquiera se molestaba en visitar
a ese enfermo que había abandonado a su esposa. Específicamente, en diciembre
de 1950 Hyde la llamó para preguntarle por Marilyn “¿Dónde está Marilyn,
Natasha? He estado esperando y esperando, en toda mi vida, nunca había visto
tanta crueldad, tanto egoísmo”. Después de una larga agonía, Johnny Hyde muere una
semana más tarde en el Hospital Cedros del Líbano.
Tal como concluye Summers,
concluyo este apartado. La última palabra al respecto la debe tener Marilyn: “No
se llega a ser una estrella acostándose con los productores. Hace falta mucho,
mucho más. Sin embargo, eso ayuda. Muchas actrices consiguen su primera
oportunidad por ese camino. La mayoría de los hombres son horrendos, que
cualquier cosa que uno pueda conseguir, se la merece”16
En el amor, nada es lo que parece. Arthur Miller, el cornudo, el enemigo imaginario y el hombre con el que permaneció casada por más tiempo
Marilyn conoce a Arthur Miller en 1950, pero él está casado y con hijos desde 1940 con la que fue su primera novia de la adolescencia, Mary Grace Slattery.
La historia cuenta que ambos
son invitados a una fiesta por el director Elia Kazan. Marilyn y Kazan
sostienen una relación libre y sin compromiso, por lo que éste le pide a Miller
que entretenga “a su chica” mientras él atiende a los demás invitados. Así lo
hace y Marilyn cae hechizada por el intelecto y sentido del humor de Miller. Él
tampoco es indiferente a sus encantos, pero le atormenta el hecho de estar
casado. Sabe que no es lo correcto ni sería justo para su esposa e hijos. Pasan
cinco años en esa situación, encontrándose y comunicándose ocasionalmente. Pero
ambos saben que hay algo más. Miller la mantiene a distancia y sin
engaños.
Estamos en la época del
triunfo al alimón con Muerte de un
viajante, escrita por Miller y dirigida por Kazan. La obra Las brujas de Salem (1953) y Panorama desde el puente (1955),
conforman la carta de presentación de Miller.
Mientras, Marilyn es admirada
en todo el mundo, es la actriz más cotizada, bella y joven, es ovacionada, mantiene
amantes y parejas ocasionales, quiere a Miller, pero se casa con DiMaggio. (Un
bello corazón de condominio que se disputaban no pocos contendientes). Al poco tiempo vemos a una compungida
Marilyn, acompañada por su abogado Jerry Giesler en una rueda de prensa para
anunciar el divorcio por causa de “Crueldad mental”. Miller por su parte, también
se divorcia, pero hasta 1956 y de inmediato se casa con Marilyn el 29 de junio.
Muchos destacan el hecho de
que Marilyn accediera a convertirse al judaísmo como una prueba de amor a su
esposo. Lo más cercano a la justicia debía ser cuestionárnoslo. Marilyn no
profesaba religión alguna antes de eso. Tuvo traumáticos encuentros con la
religión de su madre y abuela materna:
“La abuela de Marilyn había sido bautizada por Aimee Semple
McPherson, la fundadora de la iglesia pentecostal del Evangelio Cuadrangular.
Ella se cría siete años en Hawthorne, al lado de Los Ángeles, con los Bolender,
vecinos de su abuela. […] Esta familia bautista iba entonces a la Iglesia
Pentecostal Unida. Marilyn iba con ellos a la escuela dominical los domingos
por la mañana y los miércoles por la noche a otra reunión de la iglesia.
Su madre era de ciencia cristiana -la religión fundada por Mary Baker Eddy en
el siglo XIX, que muchos confunden con cienciología-. En 1953 tiene una
conversación sobre religión con la actriz Jane Russell, mientras ruedan con
Howard Hawks Los caballeros las prefieren
rubias: “Jane intentaba convertirme al cristianismo y yo intentaba
introducirle a Freud”. 17
Tan insignificante fue su
conversión al judaísmo que se llamaría a sí misma “una judía atea”. Nos queda
claro que para ella dicha conversión no se tomó con la seriedad debida ni
consideró siquiera el riesgo que pudo implicar. Por más esfuerzos que hiciera
de asirse a una creencia o religión, nunca lo lograría. La vena del ateísmo en
Marilyn fue, quizá, lo más cercano que estuvo de la verdad cuando se describió a
sí misma. Marilyn tomó a broma su conversión. Eso no implica prueba de amor alguna
sino de ligereza y chabacanería.
No se sabe con exactitud desde
cuándo el matrimonio se convirtió en un reguero de pastillas con prescripción
médica, alcohol e infidelidades, reproches y severos episodios de histeria por
parte de Marilyn. Ese drama vivido está magistralmente reflejado en la obra “Después de la caída” (1964). Miller
escribió en sus memorias Vueltas al
tiempo (1987) que la vida de Marilyn “era la interpretación de un papel que
no le salía”. Y que una de las mayores razones de su depresión fueron los
abortos. Marilyn por su parte, siempre aseguro que entre ella y Miller había un
pacto, y es el hecho de que ninguno escribiría sobre el otro. Según Marilyn
quien faltó a la promesa fue Miller. Ella descubrió un borrador en el que se
lee: “Dios mío, me he vuelto a casar con la misma mujer”. (Refiriéndose a su
primera esposa lo había desilusionado, tal como en ese momento lo hacía también
Marilyn). En la película que escribe para John Huston, The Misfits (1961), el personaje que interpreta Clark Gable -a punto
ya de morir- se pregunta: “¿puede un hombre sonreír cuando contempla a la
mujer más triste del mundo?”. Simplemente, Marilyn no pudo soportar “tanta
exposición de su vida privada”.
El matrimonio con Arthur
Miller fue doloroso, triste, muy triste. Los testimonios y pruebas fehacientes
no mienten. Ese hombre se esforzó por hacerla feliz, se esforzó en escribir
para ella los personajes que le permitieran explorarse a sí misma y demostrar
que podía dejar de actuar en personajes de rubia tonta y objeto sexual. Él le
brindó el espacio, la libertad, se enorgulleció de su deseo de superación del
que tanto hablaba. Jamás le impuso límites. La estimuló y ayudó. Ambos
sufrieron el hecho de ser padres de hijos muertos. Embarazos que terminaron en
abortos espontáneos, otro al que habría de ponérsele fin por ser un embarazo
ectópico. Hubo demasiado de ambos en esa relación. Demasiado sentimiento, carne
y sueños rotos. Demasiados años invertidos. Marilyn le fue infiel al menos en
dos ocasiones durante los seis años que duró el matrimonio. El actor Tony
Curtis también escribió sus memorias, publicadas en 2009. Curtis asegura que
fueron amantes, aunque ambos fueran personas casadas, durante al menos diez
años de manera intermitente. Inclusive, Miller lo sabía, pues Marilyn les
comunicó a ambos que estaba embarazada:
“Yo estaba aturdido.
Simplemente me quedé allí plantado. La habitación estaba tan en silencio que
podían oírse los neumáticos chirriando sobre el Bulevar de Santa Monica”. —Acaba
la película y sal de nuestras vidas— fue lo único que Miller le
dijo a Curtis cuando éste le preguntó sobre lo que debían hacer. 18
La segunda infidelidad fue con
el actor francés Ives Montand cuando filmaron Let´s make love. Marilyn estaba sumamente excitada por Montand,
parecía un cachorro en celo descubriendo el estímulo de la rodilla de su amo.
Pero ¡oh, decepción! Existían Signoret y Miller. Sin embargo, eso no fue
obstáculo para ensayar por las noches en el bungalow del actor cuando sus
respectivas parejas se ausentaron por razones de contratos laborales. Marilyn,
desnuda y encaramada en tacones enfundada solamente en un abrigo de visón tocó
a la puerta ¿qué hombre podría negarse? Por su parte, la esposa de Montand,
Simone Signoret, enterada de todo, “Y tragándose el orgullo” la llamaría para
ordenarle que dejara en paz a su marido. Cuando a su marido le preguntaron por
Miss Monroe les respondió: "La
considero como una niña… Nada de lo que se está diciendo va a destrozar mi
matrimonio con Simone Signoret… Otra cosa es que si fuéramos solteros muy
probablemente habría boda entre nosotros".
¿Y quién consideraba a Miller?...
Como un bálsamo de consuelo
para el dramaturgo, en el rodaje de The
Misfits conoció a la fotógrafa austriaca Inge Morath. Inmigrante que huyó
de los nazis para instalarse en París. Fue su tercera esposa desde 1962 hasta
la muerte de ella en el 2002.
Haciendo de abogada del
diablo, aseguraría que no serían tanto la juventud ni los periodos de ausencia
de Dougherty, ni los celos de Dimaggio, tampoco la creación literaria de Miller
lo que la llevaba a buscar nuevos amantes y a sabotear sus relaciones. Marilyn prometía
una eterna luna de miel, pero su temperamento no encontraba asidero en las
relaciones prolongadas. En cambio, si
echamos un vistazo a las relaciones de sus ex maridos, podemos darnos una idea
de en quién descansaba la inestabilidad. Su primer esposo James E. Dougherty se
casó dos veces más, sin embargo, sus matrimonios fueron duraderos. Más de 25
años en cada uno.
Joe DiMaggio, un hombre
bastante reservado y misterioso. Al
divorciarse de Marilyn jamás volvió a casarse ni se le conoció relación alguna.
Incluso, fue a él a quien Marilyn llamó desde el hospital psiquiátrico a donde
fue ingresada por una crisis nerviosa en 1961 para pedirle la sacara de allí. Fue
DiMaggio quien reclamó su cuerpo y le brindó su última morada. Nunca se apartó
de ella.
Por sus frutos los conoceréis.
¿Así acaba todo?
Si
encuentro en mí mismo un deseo que nada de este mundo puede satisfacer, la
explicación más probable es que fui hecho para otro mundo.
CS. Lewis. Mero cristianismo
El 5 de agosto de 1962 Marilyn Monroe deja de existir en la tierra para existir más allá de lo inefable. Está en todos lados y en ninguna parte. Quizá ni la hora ni la fecha de su muerte sean ciertas. Quizá nada de lo que sabemos de ella sea verdad. A estas alturas es más fácil para mí, y para otros más, preguntarnos ¿quién la mató? Las razones quizá no sean tan improbables de detectar. La inestabilidad psicológica, su adicción al alcohol y a otras sustancias de prescripción médica mas sus relaciones “peligrosas” con altos funcionarios de gobierno, el acceso a la información de la que pudo tener acceso; fueron la probable combinación de una bomba de tiempo que en cualquier momento estallaría. El libro de Summers es muy extenso y formula sus propias teorías al respecto. Pero no hay algo concluyente.
Como público y admiradora que alguna vez fui de Marilyn,
alzo la voz en protesta por la forma en cómo insisten los medios de
comunicación, esos creativos e intelectuales directores rapaces en hacer leña
del árbol. Y encima se molestan por nuestra molestia:
“Ahora
vivimos en una época en la que es importante presentar a las mujeres como
empoderadas y quieren reinventar a Marilyn Monroe como una mujer
empoderada. Eso es lo que quieren ver”, dijo. “Y si no les muestras
eso, les molesta”.19
Proclama airado el director Andrew Dominik. Se equivoca. Lo
que se rechaza es que intenten tomarnos el pelo tratando de cambiar los hechos,
ajustándolos a los mandatos de ideologías que solo reditúan a los políticos de
turno y toman por sorpresa a los incautos. Ingeniería social que incide en la
conformación de masas y prefigura la sociedad cultural actual. Marilyn no fue
ninguna víctima. La división de opiniones entre lo que le sucedió, así, como
por azares del destino y lo que ella fue capaz de provocarse bajo la responsabilidad
de sus decisiones y actos. Que, si fue la herencia genética, una infancia
trágica o un desorden límite de la personalidad. Que si fue el imperio del
patriarcado hollywoodense. Lo que dijo o lo qué calló, ¿a quién culpar?
Pensar que el mundo es el responsable de nuestras
desgracias y que los demás están en eterna deuda con nosotros, no sana ni
redime, no devela el misterio del sentido del sufrimiento. Podemos endurecer el
corazón, volvernos sarcásticos, blasfemos, pero, mejor, aquilatemos la frase de
CS.Lewis: “Si encuentro en mí mismo un deseo que nada de este mundo puede
satisfacer, la explicación más probable es que fui hecho para otro
mundo. Si ninguno de mis placeres terrenales lo satisface, eso no
demuestra que el universo es un fraude. probablemente los placeres
terrenales nunca estuvieron destinados a satisfacerlos, sino sólo a excitarlos,
a sugerir lo auténtico”.
Cierro este breve recuento por la vida de Marilyn con la
que fuera una de sus amigas más cercanas y esposa de Milton Green, su fotógrafo
de cabecera. Amy Green de 92 años enfatiza a su amiga de la siguiente manera: “Cielo,
ella nunca fue una víctima. Ni en un millón de años. Era una mujer joven y
vital que amaba la vida, las fiestas y que se lo pasaba en grande”.
Frases
que la retratan compleja y contradictoria
“Si
hubiera observado todas las reglas, no habría llegado a ninguna parte”.
“No
quiero volver a interpretar papeles sexys. Estoy harta de que se me conozca
como la chica de las curvas”.
“Dijeron
que yo era lesbiana. A la gente le encantan las etiquetas. A mí me hacen reír. Ninguna
forma de la sexualidad es culpable cuando hay amor”.
“Era una gran maestra, pero se puso muy celosa
de los hombres que vi. ¡Pensó que era mi esposo!”, refiriéndose
a su maestra de actuación, Natasha Lytess.
“Mi principal carrera ahora es el matrimonio”,
refiriéndose
a su casamiento con Joe DiMaggio.
“Nunca me interesó el
béisbol”. Confesó después de su divorcio con DiMaggio.
“Miller
no se habría casado conmigo si hubiera sido solo una rubia tonta”.
“El
cine es mi profesión, pero Arthur es mi vida”.
“Siempre
estuve profundamente aterrorizada de ser la esposa de alguien. Porque la vida
me enseñó que no se puede amar verdaderamente a otro, nunca”.
“La
fama pasará y hasta luego fama, se acabó. Bueno, yo siempre supe que era algo
muy frágil. Es algo que he probado, pero no es ahí donde vivo”.
“No
quiero que me comprendan, quiero que me quieran”.
Fuentes
1- Summers Anthony. Diosa. Las vidas secretas de Marilyn Monroe, Editorial Planeta,
enero 1986.
2- Cuando
Marilyn rompió el silencio http://blog.everlasting-star.net/tag/jaik-rosenstein/
3- Mona Rae Miracle escribió el
libro con las memorias de su madre My
sister Marilyn, publicado el 1 de junio de 1994, a cincuenta años de su
primer encuentro y fecha de cumpleaños de Marilyn.
4- Documental: Marilyn,
Her Final Secret, 2022, dirigido por Francois Pomès. Sin fecha exacta de
estreno para Latinoamérica https://www.laxmasmusica.com/noticias/el-documental-titulado-marilyn-her-final-secret-revelara-quien-es-el-padre-biologico-de-la-actriz/
5- Ibid
pag.
22
6- Ibid pag. 32
7- Ibid pag. 31
8- Ibid pag. 26
9- Ibid pag.
64
10- Ibid pag. 27
11- Natasha Lytess ¿amiga o
enemiga? https://ourmarilynmonroe.com/natasha-lytess-friend-or-foe/
12- Cómo Ronald Reagan le dio a la
estrella la oportunidad durante la Segunda Guerra Mundial https://www.express.co.uk/celebrity-news/1246981/marilyn-monroe-ronald-reagan-ww2-world-war-two-photograph-some-like-it-hot-spt
13- Dra. Valerie Shikhverg,
psiquiatra consultora de varios hospitales en New York. Entrevista realizada por
Antony Summers en 1984. Ibid pag. 23.
14- Confesión de Marilyn al
periodista Jaik Rosenstein en 1960. Marilyn se lo dijo fuera de libreta por la
confianza de conocerse desde casi en sus inicios. Rosenstein mantuvo el
“secreto” hasta la muerte de ella. Ibid pag. 44
y 45.
15- Ibid pag. 39
16- Ibid pag 47
17- La torturada belleza de
Marilyn, Entrelineas, José de Segovia, 28 de marzo de 2012. https://www.entrelineas.org/revista/marilyn-monroe
18- Tony Curtis afirma que Marilyn
Monroe perdió un hijo que esperaban, Fotogramas, 14 de agosto de 2009. https://www.fotogramas.es/noticias-cine/a341536/tony-curtis-afirma-que-marilyn-monroe-perdio-un-hijo-que-esperaban/#:~:text=Tony%20Curtis%20acaba%20de%20publicar,que%20m%C3%A1s%20tarde%20Marilyn%20perdi%C3%B3.
19- Andrew Dominik culpa a Blonde
de la reacción violenta de los estadounidenses que quieren que Marilyn Monroe
sea retratada como “Mujer empoderada”. Alex Ritman, 4 de diciembre de 2022. https://www.hollywoodreporter.com/movies/movie-news/blonde-andrew-dominik-backlash-marilyn-monroe-1235274686/